Con una fuerte impronta religiosa y política, Israel y el Gobierno encabezaron el homenaje por el atentado a la embajada

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Israel atraviesa uno de los momentos más difíciles de su historia y, desde ese ángulo, encabezó el homenaje a las víctimas del atentado terrorista contra su embajada en Argentina. A 33 años del ataque, que no discriminó en la fe o nacionalidad de las 22 víctimas y 242 heridos, la embajada israelí convocó a las principales figuras del Gobierno para reiterar tanto el pedido de justicia —en medio de los avances legislativos para juzgar en ausencia— como otro de paz, dos exigencias que acompañaron la tarde calurosa en el bajo porteño.

«La vida es el valor más sagrado, piensen como nosotros o no. La beligerancia no es el camino. Dios nos enseña al sentido común. Vida, amor y convivencia pacífica entre todos sus criaturas», consignó el rabino Isaac Sacca, en tono humanista. Siendo uno de los primeros oradores del evento, el religioso hizo una plegaria para superar la «adversidad y la tragedia», dos palabras que describen el primer atentado terrorista de la historia argentina, y así encontrar la «justicia y esperanza para todos los pueblos y la casa de Israel». Le siguió el arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cueva, quien reforzó el pedido de «decir nunca más a la violencia». «Con la guerra y la violencia queda todo destruido», insistió el representante católico.

El homenaje a las víctimas del atentado contra la embajada de Israel

A diferencia de años anteriores, el acto homenaje a las víctimas del atentado también tuvo un fuerte componente político. Ocurrió en un contexto delicado por la exigencia de la liberación de los rehenes, la reanudación de los bombardeos de Israel sobre la población de Gaza y el cuestionamiento a la ofensiva militar en el enclave palestino que escaló a organismos supranacionales. En ese contexto, el embajador israelí Eyal Sela, el anfitrión que estuvo escoltado por Karina Milei y el canciller Gerardo Werthein en todo momento, hizo propia la frase del presidente Javier Milei, quien en su primera visita a Israel dijo que el mundo debe ubicarse «del lado correcto de la historia», en relación al terrorismo como método de hacer política.

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«Parece haber cierta oscuridad en ánimos de personas para llamar a las cosas por su nombre. Terrorismo es barbarie, es maldad absoluta«, expresó Sela, quien fue uno de los acompañantes de Milei en su primera visita a Israel. «Hablemos con franqueza, el terrorismo que mostró su rostro en 1992 no cree en la diversidad, pluralidad, libertad de culto, democracia y derechos de minorías», agregó.

Karina Milei y Gerardo Werthein, en el reclamó por justicia a 33 años del atentado a la Embajada de Israel

En su discurso, el representante del Gobierno de Benjamin Netanyahu en Argentina construyó una línea narrativa (storytelling) entre la tragedia del Holocausto judío, un suceso previo a la creación del estado de Israel (1948), hasta la actualidad, marcada por la guerra en Medio Oriente, con énfasis en los atentados terroristas a la embajada de Israel (1992) y la AMIA (1994) que marcaron un punto de inflexión en la historia argentina.

«El rostro del mal»

En su relato, el diplomático develó la historia de Ralph Goldman, un soldado de origen estadounidense que asistió a los judíos que sobrevivieron a la maquinaria de exterminio nazi en Alemania al cierre de la Segunda Guerra Mundial. El hombre, afirmó Sela, vio en los nazis el «rostro del mal» en primera persona, comparando la sensación que habría tenido su hijo David décadas más tarde, quien murió en el atentado a la embajada de Israel en Buenos Aires aquel fatídico 17 de marzo de 1992.

En la actualidad, continuó el embajador, el concepto del «rostro de la maldad» está representado por Hamas, tras la masacre del 7 de octubre. «Mientras hablo, hay 59 personas (incluidos 4 de nacionalidad argentina) secuestradas. La organización terrorista Hamas tiene personas que vieron esta maldad y los mantienen en cautiverio», dijo. Además, reiteró, al igual que otro disertante que sobrevivió al atentado, en el pedido de liberación de los rehenes, en medio de la suspensión del alto al fuego entre los bandos que derivó la orden de cortar el suministro eléctrico y el envío de ayuda humanitaria a los palestinos de Gaza.

Eyal Sela, embajador de Israel en Argentina; la secretaria general de Presidencai, Karina Milei y el canciller Gerardo Werthein

«Pararse del lado correcto de la historia no depende de las coyunturas, de la política o del clima social. Hablamos de cuestiones profundas, identitarias. Hablamos de oponerse al rostro del mal que conoció Ralph y que vio David antes de dar su último respiro», cerró Sela tras agradecerle a Milei por estar «del lado correcto».

Por su parte, el canciller Gerardo Werthein, que encabeza la reestructuración de la Cancillería en función del giro diplomático que dispuso Casa Rosada, fue el principal orador en reemplazo de la secretaria general de Presidencia, Karina Milei. Después de entonar las estrofas del himno argentino y del israelí, al igual que otros presentes en el público, el jefe de la diplomacia libertaria contó su experiencia durante el atentado y cerró su discurso con un broche religioso.

«Nos conmovimos, no estamos acostumbrados a esto, que es el producto de estos asesinos que algunos lugares del mundo no terminan de darse cuenta de quiénes son o qué son capaces de hacer», dijo. «Unámonos todos para compartir ese feroz enemigo del mundo que es el terrorismo, ojalá que todos podamos apoyar para que esto se termine. Que dios bendiga a todos», cerró.

Benjamín Netanyahu le agradeció a Trump por la orden ejecutiva y calificó a la Corte Penal Internacional de “tribunal corrupto y antisemita”

«Las huellas del terrorismo» y el pedido de justicia

«Treinta y tres años después, las huellas del terrorismo siguen sobre nosotros», fue la frase que inició el acto en la intersección de Suipacha y Avenida de Libertador, en el corazón porteño.

La convocatoria, que difirió en aforo en comparación al multitudinario aniversario del 7 de octubre, comenzó a las 14:50 puntual en medio del fuerte operativo de seguridad, incluidos francotiradores que vigilaban desde edificios aledaños. En ese instante, una sirena y las campanas de la iglesia cristiana cercana —que también sufrió las consecuencias del atentado—interrumpieron el minuto de silencio, una escena protagonizada por las imágenes de las víctimas y decenas de personas que portaban las banderas de Argentina y de Israel.

Francotiradores formaron parte del fuerte operativo de seguridad del acto en la embajada de Israel

El acto homenaje contó con la presencia de diversas autoridades nacionales y porteñas, como los ministros de Salud, Mario Lugones; de Seguridad, Patricia Bullrich; de Defensa, Luis Petri; de Justicia, Mariano Cúneo Libarona; y la secretaria de Presidencia, Karina Milei, entre otros. También estuvieron presentes el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri; el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, general Xavier Isaac; miembros del Poder Judicial, legisladores nacionales, incluidos Hernán Lombardi y Fernando Iglesias; y representantes de AMIA y DAIA.

A su turno, Martín Goldberg, sobreviviente del atentado, fue otro de los oradores principales. Exigió la liberación de los rehenes y, por otro lado, insistió en la necesidad de respuestas sobre la complicidad local en el atentado perpetrado por el «terrorismo maligno». «¿Quiénes fueron los cómplices locales? ¿Quiénes ayudaron en la logística de este atentado?», se preguntó.

Su preocupación va en línea con la postura de la embajada israelí, que sigue buscando respuestas a lo que ocurrió en 1992, particularmente después de que el Congreso nacional aprobara el proyecto de juicio en ausencia para los imputados. En ese sentido, el embajador Sela aprovechó para celebrar el fallo del juez federal de Casación Carlos Mahiques de «indicar la responsabilidad de Irán y Hezbolá en los atentados contra la Embajada de Israel y contra la AMIA».

«Es tiempo de darle vuelta la cara al oscurantismo que conlleva el terrorismo. Pararse del lado correcto de la historia es abofetear para que todos vean esta maldad«, concluyó Sela.

ML

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