Adiós a una institución radial, a una voz que asomó en el dial a los ocho años y se mantuvo en el aire por más de siete décadas. A los 96 años murió la locutora Rina Morán, la gran compañera de Héctor Larrea y Cacho Fontana.
“Debo ser la persona con más antigüedad en este medio. Empecé, banquito de por medio para alcanzar el micrófono, dirigida por Armando Discépolo”, advertía emocionada a Clarín hace más de una década, por entonces al aire de Radio Colonia.
Conmovido por la noticia, su amigo Larrea la despidió tras un llamado de Clarín: «Es imposible recordarla con tristeza. Desde el primer Rapídisimo en El Mundo, en 1969, trabajamos juntos porque era estable en esa emisora. No hace falta que lo diga, pero fue una gran profesional. Teníamos un humor interno en Rapidísimo y nos reíamos como locos. Este año, ante la ola de calor, la recordé por algo: en verano ella sacaba el abanico, se abanicaba con gracia exagerada y decía: ‘Uf, qué Federico’. Hacía referencia a García Lorca. Lor-ca. Nos divertíamos tanto».
Enciclopedia viviente, hija del artista José Tresenza, nació y se crió en el ámbito circense y compartió hábitat radial con Niní Marshall, Lola Membrives, Luis Sandrini, Juan Domingo Perón y hasta Edith Piaf.
“Para ver a Piaf en Radio El Mundo tuvimos que vestirnos de largo. Un dato curioso: Niní tenía alergia en el escote cuando se plantaba en el micrófono. Eran los nervios», repasaba. «A Sandrini, yo le hacía una trampa. La fila para visitar la radio doblaba la esquina y yo le pedía a la gente que vivaran mi nombre y aplaudieran. Cuando yo entraba, él me decía: ‘Están locos, tenés hinchada propia’. Pero a la hinchada me la hacía yo”.
Dupla con otra voz histórica, María Ester “Beba” Vignola, se las recuerda especialmente por un aviso emblemático de estropajo de cocina: Periquita, suavecita, doradita»… Jugaban con los tonos y las risas y convirtieron al producto en un objeto popular
“Mi vida es más la radio que mi casa. Es mi fuente de juventud. Cacho Fontana con su Fontana show nos enseñó a reírnos en radio, algo que antes estaba prohibido. Y hoy sigo ese camino que él abrió”, confesaba.
Desde su retiro, Larrea (86 años) elige homenajearla sin melancolía y con esa esa pátina de diversión que Rina inyectaba entre las cuatro paredes del estudio. «Era un personaje especial, nació en un circo. Su padre, de quien me hice muy amigo, hacía un programa popular policial en Radio El Mundo y él la llevó a ese universo. Recuerdo, por ejemplo, los diálogos desopilantes que Rina tenía con el peluquero que componía Mario Sánchez en Rapidísimo. Era para tirarse al suelo. En aquel equipo tan armónico, la calidad humana de Rina hizo mucho».
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