Lizy Tagliani reveló el trauma de la infancia que la persigue por culpa de Viviana Canosa

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En medio del escándalo mediático que generó la denuncia pública y legal impulsada por Viviana Canosa hace algunas semanas, como parte de una jornada clave ya que se levantó el secreto de sumario de dicha causa, Lizy Tagliani eligió romper el silencio y revelar los detalles más íntimos del momento que atraviesa.

Súper conmovida y con palabras que salieron desde lo más profundo, Lizy dejó en claro el fuerte daño que le dejó haberse visto involucrada en las acusaciones de Canosa. Y es que, aunque sigue jurando no tener nada que ver con la causa por trata y pedofilia donde quedó envuelta, la polémica que se generó alrededor dice haberla afectado psicológicamente al extremo.

En un testimonio cargado de emoción y sensaciones encontradas, aunque con la firmeza de quien sostiene su verdad, Lizy reflexionó sobre el rol que cumple la Justicia y la manera en la que muchas veces se exponen las denuncias sin el debido filtro: “Me gustaría decir que las denuncias son necesarias”, comenzó explicando.

Luego agregó: “Lo que está mal son las formas, porque la fiscalía tiene la obligación de tomar las denuncias sea cual sea, para lo demás están los jueces y los fiscales que analizan, ven las pruebas y deciden qué se toma en cuenta y qué se descarta. Esa es la información que debería llegar, la concreta, no todo, porque si no hay gente que puede creer todo eso”.

LOS PROBLEMAS QUE SUFRE LIZY TAGLIANI DESDE LA DENUNCIA DE VIVIANA CANOSA

Tras esto, Lizy reveló cómo estas acusaciones de Canosa le despertaron una vieja herida que creía cerrada: “Cuando yo era adolescente no quería ir ni al baño de hombre ni al de mujeres, porque en el de mujeres sentía que incomodaba y en el de hombres me sentía incómoda yo, y eso lo había superado. Ahora que estoy yendo al club de deporte los sábados con mi hijo, me meto al baño de discapacitados porque tengo miedo de que la gente piense cualquier cosa, y eso es un trauma del pasado que había superado. Es un fantasma que me volvió”.

Por otro lado, Tagliani también remarcó lo importante que es que las causas judiciales sigan su curso sin interferencias externas, por respeto a las víctimas reales: “Es muy feo cuando uno sabe que nada tiene que ver con eso. Ojalá que se termine todo y que se haga justicia, más que nada por las víctimas, porque esto existe, no es un delirio místico. Esto existe y no hay que sacarlo de foco. Las investigaciones tienen que seguir”.

Con mucha angustia pero defendiéndose una vez más, Lizy cerró con un deseo simple pero potente: que la verdad se imponga y que cada quien ocupe el lugar que le corresponde, sin ruidos, sin señalamientos injustos, y con el foco donde realmente debe estar.

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