La derrota ante Atlético Tucumán no solo dejó a Boca afuera de la Copa Argentina 2025, sino que desató una tormenta entre los hinchas. En las redes sociales, distintas agrupaciones partidarias comenzaron a viralizar la convocatoria a un banderazo frente a la Bombonera, con el objetivo de exigir la renuncia de Juan Román Riquelme y del Consejo de Fútbol.
La cita fue fijada para este jueves a las 19:00 en Brandsen 805. El enojo tiene múltiples razones. La eliminación en el certamen nacional fue apenas el último eslabón de una cadena de frustraciones que arrastra el club en los últimos años.
Dos temporadas consecutivas sin clasificar a la fase de grupos de la Copa Libertadores, una caída estrepitosa en la Sudamericana 2024 ante Alianza Lima y un paso fugaz por el Mundial de Clubes 2025, donde el Xeneize no pudo superar la fase de grupos tras empatar con el modesto Auckland City.
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Además, el equipo acumula diez partidos sin ganar y desde que Miguel Ángel Russo asumió nuevamente como entrenador, no ha conseguido triunfos oficiales. A eso se suma la salida reciente de Fernando Gago tras la derrota en el Superclásico ante River, lo que dejó al plantel sin rumbo durante varias semanas.
La situación institucional también atraviesa un momento delicado. Las palabras de Russo tras la eliminación -cuando sostuvo que el equipo “había jugado bien”– generaron desconcierto entre los hinchas y encendieron aún más la mecha. El técnico fue blanco de críticas, pero el foco principal de la protesta es Riquelme, a quien los sectores opositores acusan de conducir al club sin rumbo deportivo ni administrativo.
Juan Román Riquelme
En ese contexto, el banderazo aparece como una forma de canalizar la bronca acumulada. “Queremos un Boca ganador, no esto”, publicaron varias cuentas vinculadas a la oposición. Aunque aún no está claro cuánta convocatoria real tendrá la protesta, lo cierto es que el clima en la Ribera está más caliente que nunca.
Con un plantel que tambalea y un calendario que apremia, la institución enfrenta un escenario de crisis profunda. La Copa Argentina era uno de los caminos más accesibles para acceder a la Libertadores 2026, y la caída dejó secuelas no solo deportivas, sino también políticas. La presión social va en aumento y el futuro institucional del club podría estar en juego.
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