“El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) debe seguir existiendo. Debe dedicarse a la investigación y al desarrollo de los productores”, dijo sin anestesia Nicolás Pino, el titular de la Sociedad Rural Argentina (SRA). Fue una frase que no le cayó para nada bien a Javier Milei. Sentado a un metro de Pino, no pudo disimular un intenso gesto de desaprobación. La cara que puso el Presidente no fue obra de la casualidad. Es solo una muestra de la tirante relación entre el Gobierno y la patronal agraria, cargada de reclamos económicos y respaldos políticos e ideológicos. La lista incluye una serie de pedidos por parte del empresariado del agro que, por ahora, no tiene respuestas de la administración libertaria.
Como enumeró Pino en su alocución por el acto inaugural de la 155ª Exposición Rural en Palermo, el campo requiere, en pos de aumentar su producción, una serie de condiciones que implican un rol central del Estado, al que Milei analiza cómo ajustar cada día. En la nómina, figuran obras de infraestructura y logística que permitan mejorar la comunicación y el transporte. Necesita caminos, ferrocarriles y vías navegables. También, que organismos públicos clave para la actividad funcionen de la mejor manera.
El dirigente mencionó al INTA y además al Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa). Los dos organismos, recalcó, deben estar en las mejores condiciones posibles. “En un país exportador no podemos no tener un Senasa del mejor nivel internacional”, lanzó sin titubeos.
Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
La frase aparece después de que el oficialismo, gracias a las facultades delegadas consagradas en la Ley Bases, consiguió quitarle autonomía a cada organismo. A su vez, avanzó con el desfinanciamiento de las áreas y realizó una importante poda de personal, que generó protestas de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE). El anhelo del líder del Poder Ejecutivo es liquidar de manera definitiva cada área.
Pero la administración libertaria no piensa retroceder en los recortes que instrumentó más allá de las quejas que formalizó la SRA a través de su titular. Las retenciones son otro eje de disputa. Milei reconoció que se debe quitar el tributo, que nunca tendría que haber existido. Pero pidió prudencia luego de que Pino, exultante, habló de retenciones cero.
En este año y medio de gestión de La Libertad Avanza, las entidades agrarias exigieron baja de impuestos en varias ocasiones. Y en Balcarce 50 cada una de las exigencias no fueron recibidas de la mejor manera. Cerca de Milei, por lo bajo, se encargaron de contar a comienzo de este año que la Sociedad Rural y Pino junto con el estudio de abogados Cassagne, que patrocinó a la familia Macri en la causa Correo Argentino, intentaron quedarse con la licitación de la Hidrovía a través de la firma DEME.
En la SRA desmintieron de manera tajante el dato que surgió desde la sede del Gobierno. A pesar de la desmentida, sigue la tensión con el Gobierno. El sábado Pino volvió a la carga. Dijo que se necesita “un mantenimiento adecuado de la Hidrovía, destinada a transportar la mayor parte de la producción agropecuaria argentina”. Con este telón de fondo, hubo un contraste con las quejas y las caras pétreas de Milei. El anuncio realizado por el Presidente sobre la baja de los derechos de exportación a determinados productos cosechó aplausos muy medidos. Hasta Milei se sorprendió por el nivel de respuesta de su auditorio. Esperaba más.
La falta de aplausos por los anuncios quedaron en evidencia ante las ovaciones que se escucharon durante las menciones, muy críticas, hacia Cristina Kirchner e incluso una sobre Axel Kicillof y la estatización de YPF. Cada una despertó una verdadera ovación entre todos los presentes. Lo que demuestra que el lazo más importante de la relación es la ideología y la necesidad que poseen los dos sectores de impedir que el peronismo regrese al mando de la Casa Rosada. Pino lo transparentó en un instante de su exposición, cuando dijo que si bien faltan cuestiones claves, “sabemos a dónde no hay que volver”. Milei sonrió y hubo un apretón de manos.