En una de las mayores operaciones navales en la región en los últimos años, Estados Unidos desplegó un imponente despliegue militar frente a las costas de Venezuela, con el objetivo declarado de intensificar la lucha contra el narcoterrorismo en América Latina.
El operativo, impulsado directamente por la Casa Blanca bajo la administración del presidente Donald Trump, supone una presión sin precedentes sobre el régimen comunista de Nicolás Maduro.
Según confirmaron fuentes a la agencia Reuters, en las próximas 36 horas arribarán al Caribe tres destructores con misiles guiados de la clase Arleigh Burke, todos equipados con el avanzado sistema de defensa Aegis, capaz de rastrear y eliminar múltiples amenazas aéreas y marítimas en forma simultánea. Se trata del USS Sampson (DDG-102), USS Gravely (DDG-107) y USS Jason Dunham (DDG-109).
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El despliegue se complementa con la presencia del Iwo Jima Amphibious Ready Group (ARG), que incluye al buque de asalto anfibio USS Iwo Jima, la 22.ª Unidad Expedicionaria de Marines y al menos dos buques adicionales. A este grupo se suman aviones de patrulla marítima P-8A Poseidon, un submarino de ataque nuclear y otros activos de inteligencia y vigilancia. En total, más de 4.000 marines y marineros estarán movilizados en la zona estratégica.
Un alto funcionario estadounidense explicó bajo condición de anonimato que el despliegue “será continuo durante varios meses” y que las operaciones se llevarán a cabo en aguas y espacio aéreo internacionales. No obstante, advirtió que la magnitud del dispositivo no solo permitirá reforzar la vigilancia, sino también actuar “como plataforma para ataques selectivos si se toma la decisión”.
La medida responde a la política prioritaria de la administración Trump de utilizar recursos militares en la lucha contra el narcoterrorismo. Washington ha catalogado recientemente a varios grupos criminales como organizaciones terroristas internacionales, entre ellos el Cartel de Sinaloa, el Tren de Aragua y el Cartel de los Soles, este último vinculado directamente con la cúpula chavista y con Nicolás Maduro.
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La respuesta de Maduro
La reacción del régimen venezolano no se hizo esperar. En un discurso transmitido por la televisión estatal, Maduro evitó mencionar directamente el arribo de los buques estadounidenses, pero afirmó que “Venezuela defenderá nuestros mares, nuestros cielos y nuestras tierras”. El dictador bolivariano calificó la operación de Washington como parte de “la amenaza extravagante, estrambótica y estrafalaria de un imperio en decadencia”.
Como contramedida interna, Maduro anunció la activación de un plan de defensa territorial con el despliegue de 4,5 millones de milicianos en todo el país. “Esta semana voy a activar un plan especial para garantizar la cobertura con más de 4,5 millones de milicianos de todo el territorio nacional, milicias preparadas, activadas y armadas”, sostuvo, en un nuevo intento de mostrar fuerza ante lo que definió como una “agresión extranjera”.