El veredicto del mercado sobre la osada medida de Caputo para desactivar un salto del dólar

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El Gobierno decidió ponerse firme para que el dólar no pase los $1.400 y generar calma en los mercados en la previa electoral. Con ese objetivo anunció este lunes que intervendrá en la plaza cambiaria para «contribuir a su liquidez y normal funcionamiento». Algo que concretó en la rueda y generó que el billete estadounidense baje de precio. Aunque el daño colateral generado fue grande en cuanto a la confianza, debido a que salió intempestivamente del plan de flotación entre las bandas y para la City «no fue una buena señal».

En una muestra clara que la política tiene un componente importante en los ruidos que percibe el mercado antes de las elecciones, y que puede eclipsar a la lógica de la economía.

En definitiva, este martes el dólar oficial minorista cerró a $1.375 para la venta en Banco Nación, apenas una baja de 10 pesos respecto a la jornada previa, si se tiene en cuenta que hubo intervención oficial, y en septiembre avanza 1,1%.

«El Tesoro Nacional anuncia que a partir del día de la fecha participará en el mercado libre de cambios con el fin de contribuir a su liquidez y normal funcionamiento», anunció de manera sorpresiva, Pablo Quirno, secretario de Finanzas, este martes.

Y si bien al principio de la rueda esto parecía solo una amenaza, con el correr de las horas se concretó el anuncio.

«Hubo ventas oficiales, el Banco Central participó de la rueda y forzó bajas de los precios, que terminaron casi en los mínimos de hoy», resume Gustavo Quintana, analista de PR Cambios.

Al respecto, Francisco Díaz Mayer, analista de ABC Mercado de Cambios, considera que el anuncio oficial, «al menos, descomprimió la situación porque la jornada había empezado con intención de subir con fuerza».

Aunque destaca que las primeras operaciones marcaron una «fuerte presión alcista», en un contexto de incertidumbre tras la suba registrada el lunes por el feriado en Estados Unidos y «todo el ruido político preelectoral».

En tanto, este descenso en los precios se trasladó también a los mercados de futuros, donde en las operaciones del Matba-Rofex se negoció para fin de septiembre un dólar mayorista de $1.406, un retroceso de 13 pesos respecto a la previa.

Por lo tanto, se está contemplando en los futuros que, con un tipo de cambio mayorista que en la actualidad es de $1.361, puede registrarse una suba desde ahora hasta fin de mes de 45 pesos, es decir, 3,3%.

Un nivel que, por el momento, sigue dejando como ganadoras a las tasas de interés en pesos, donde un plazo fijo tradicional para individuos físicos en bancos está otorgando entre 44% al 47% de tasa nominal anual (TNA) en bancos líderes. Es decir, de 3,6% a 3,9% cada 30 días, que es el periodo mínimo de un depósito bancario. 

Y ambas variables brindan rendimientos positivos, porque la inflación, según diversos economistas, se encuentra en torno al 2% mensual.

Por lo pronto, para fin de año se está negociando en el mercado de futuros un dólar mayorista de $1.542.

Qué opinan los economistas de la intervención en el dólar

Respecto al anuncio del Gobierno en que comenzó a intervenir en el precio del dólar, sin haber sobrepasado la banda de flotación implementada a mediados de abril entre $1.000 a $1.400, que supuestamente se ajustaba 1% mensual, los economistas consultados por iProfesional fueron contundentes en señalar que no representa la mejor señal.

Es que, para contener al dólar a $1.400, o menos, no es bien visto que se deba intervenir el tipo de cambio, además de las medidas previas, como vender futuros, hacer licitaciones, aumentar los encajes de los bancos, subir la tasa arriba del 50% e incrementar las posiciones de los dólares de los bancos a inmovilizar.

«Son muestras de debilidad del plan para contener el tipo de cambio. Por un lado, es comprensible, porque no está bueno que haya demasiados cimbronazos, menos con las elecciones en el medio, y menos que le vaya a superar el techo de la banda y que tenga que empezar a vender el Banco Central. Entonces, tuvo que desplegar toda la artillería posible para frenar el tipo de cambio», analiza Sebastián Centurión, economista, analista financiero y operador cambiario.

Por su parte, Ricardo Delgado, economista y director de Analytica Consultores, opina: «Me parece que el Gobierno está corriendo de atrás en esta situación, porque el poder de fuego que tiene es muy limitado, ya que el Tesoro cuenta con alrededor de u$s1.700 millones, y cada rueda cambiaria mueve alrededor de u$s500 millones en promedio. Con lo cual, me parece que no es suficiente».

Por eso, agrega que lo más preocupante de la situación es el «problema de giro de expectativas». 

«Las expectativas se dieron vuelta, todos están haciendo cuentas ahora en el mercado de cambios, hay vencimientos de deudas que están puestos en duda, por ejemplo, el pago a los bonistas en enero de alrededor de u$s3.000 millones. Eso le pega, impacta a los bonos globales, también en el riesgo país y es un círculo vicioso, donde la situación del mercado de cambios se vuelve a discutir», resalta Delgado.

Es decir, a su entender, en los últimos tiempos el tipo de cambio real viene subiendo, mientras se apreció el real de Brasil y otras monedas. Por ende, fue mejorando la competitividad cambiaria.

«Con lo cual, creo que hay una suerte de génesis de crisis autoinflingida que veremos de qué manera se puede resolver en un contexto, además, electoral. Nunca es bueno tener este tipo de situaciones en un evento previo a las elecciones», concluye Delgado.

Desde la perspectiva, Fausto Spotorno, economista de OJF de Orlando Ferreres, suma: «El Gobierno quiere mantener la calma en el mercado en las últimas 72 horas previas a las elecciones. Me imagino que lo que quiere hacer es meter miedo, no es intervenir fuerte realmente. Simplemente hay que anunciar la intervención para evitar que haya volatilidad previa».

En este diagnóstico se suma Federico Glustein, economista y docente de la Universidad de Buenos Aires (UBA): «Es preocupante. Lo primero que uno piensa es que el Gobierno está quemando naves para evitar una corrida previa a la gran contienda electoral del domingo, pero también quemando los papeles del techo de banda. Si sumamos las medidas anteriores, no sabremos el costo final de esta movida»

Por lo tanto, considera que si se deja al dólar «libre», sin estas intervenciones, «estaría por encima de la banda hoy, en $1.450 a $1.500».

Bajo esta lógica, Jorge Colina, economista Idesa, piensa que si el Gobierno interviene para suavizar los movimientos del mercado «está bien», pero que esta medida sirve solo para «quitar» volatilidad.

«Si el Gobierno pretende revertir la presión al alza, va a fracasar, porque apenas deja de intervenir vuelve la presión a la suba», concluye Colina. 

Finalmente, Claudio Caprarulo, economista principal de Analytica, concluye: «El Tesoro tiene u$s1.700 millones depositados en el Banco Central, que no es un monto considerable. La señal es que se confirma la necesidad de modificar el actual esquema cambiario-monetario. El Gobierno va a intentar sostenerlo hasta después de las elecciones».

Así, los analistas detectan que el Gobierno debe modificar el modelo cambiario actual, mientras que el propio oficialismo no pudo sostener su intención de «no tocar nada» hasta después que pasen las elecciones, ya que debió salir a intervenir de manera urgente este martes para que el precio del dólar no se escape de la banda.

«Creo que el anuncio del Gobierno no es una señal positiva, y da cuenta que la suba de tasas y las intervenciones en futuros no estarían siendo suficientes para reducir la volatilidad en el tipo de cambio», concluye Isaías Marini, economista de ONE 618  (ex Consultatio).

Dólares y el «poder de fuego»

La cuestión que se dirime el mercado es cuál es el poder de fuego que tiene el Gobierno para poder contener la presión alcista del precio del dólar por la mayor demanda.

«El Tesoro cuenta con depósitos en dólares en el BCRA por sólo unos u$s1.700 millones y tiene un compromiso de acumulación con el FMI hasta fin de año que implica comprar/emitir nueva deuda por unos u$s6.000 millones, considerando los próximos vencimientos y el tope computable de desembolsos de organismos internacionales. Esta medida va en contra de ese compromiso, y de la expectativa del propio mercado de que el Tesoro acumule divisas para reducir la prima de riesgo», sentencia Marini.

A ello, el Banco Central podría inyectar divisas adicionales con el guiño del FMI para calmar el mercado, pero esa situación tensaría más la situación estrecha de las reservas, que en la actualidad se encuentran en u$s40.000 millones brutos. 

«Poder de fuego tiene el Gobierno, también parte de un tipo de cambio depreciado, y en combinación con la tasa de interés alta y las intervenciones en dólar futuro debería poder ordenar y bajar la tensión. El problema es si el mercado le toma el pulso, y las ventas son cada vez mayores. Pero, en principio, debería descomprimir la situación», finaliza Fernando Baer, economista de la Consultora Quantum.

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