De pronto Paul, Paul Stanley de Kiss, el segundo Paul más importante del rock, diciendo ahora, a sus atléticos 73 años, que de ninguna manera habla de droga ni de sexo. O sea, ¿de qué habla Rock and Roll All Nite? ¿De una piñata? ¿De métodos anticonceptivos?
Parece que la empezó a componer Gene Simmons, el bajista con una lengua de diez centímetros, sobre la comparación de una mujer con un auto. Después, se cuenta, Stanley la retomó para darle forma definitiva. Todavía no queda claro quién de los dos se anima a atribuirse el estribillo.
Algún milagro de la cuántica hizo que en la oratoria de Stanley se concentre toda la demagogia del rock. «Trataba realmente de celebrar, no de drogarme, colocarme o algo así. La idea era: quiero pasar un buen rato y aprovechar la vida al máximo”.
Desde hace 50 años, en algún momento de la vida hemos tarareado Rock and Roll All Nite. Todos y cada uno. Ya es música clásica. La receta consiste en un ingrediente sexual y nada de rollos. Esa fue la química de una banda que funcionó como adorno de un género musical imprescindible. A esos niveles de popularidad, un narcisismo divertido, hasta con maquilladores que aparecen en los créditos.
En las antípodas de Bob Dylan, los Kiss no se destacaban por ser gente que gozara de hacer plata sufriendo las inclemencias del mundo. Puede que sean ciertas las palabras de Stanley: en Kiss no se advierte una sola elipsis propiciada ni por el efecto de alguna hierba. Daban las impresión de no pensar en nada.
El placer culposo de escuchar a Kiss
Escuchar a Kiss es un placer culposo que nos damos aunque sus canciones sean como estar en un taller mecánico, entre coches y posters de mujeres en bolas.
Rock and Roll All Nite es la canción que más sonó en vivo: 2164 veces. Casi siempre al final de sus shows. Todos los recitales casi calcados desde 1975 y un público que, a través de los años, aprendió acerca de la previsibilidad y el conservadurismo. Gente que firmó un cheque en blanco para ver mil veces la misma función.
No pegó de entrada el Himno. Se publicó originalmente en el tercer disco de la banda, Dressed to Kill, editado el 19 de marzo de 1975. Sin embargo necesitó de la naturaleza del vivo y el directo para convertirse en lo que hoy, medio siglo después, sigue siendo.
Previo a Rock and Roll All Nite hubo hits, pero no himnos. Para que una canción se eleve a tal categoría debe mencionar la palabra «rock» o «mamá» (Bohemian Rhapsody).
En este caso fue importante reflejar el contacto con la audiencia. Kiss Alive! es un álbum en vivo hecho sobre la base de una selección cuidada de sus tres discos anteriores. Significó el renacer para un tema que estaba condenado al olvido.
Kiss Alive! apareció unos meses después, en septiembre de 1975, y marcó el comienzo de la Historia de Kiss, con mayúsculas.
La nueva Beatlemanía
Rock and Roll All Nite fue el tema insignia, un estandarte que puso a la banda al alcance de toda la humanidad. El primer Alive tenía voces y gritos que dejaban en claro que, diez años más tarde, existía otra Beatlemanía.
Kiss se caracteriza por varios momentos en que los músicos dejan de tocar para que la gente cante a capella. En cuanto al estribillo de Rock and Roll All Nite, genera un falso estado de gracia. Bien podría ser un tema de Chayanne y lo mismo nos pondría la piel de gallina.
Kiss Alive! capturó la esencia de la banda, algo que, según dijo el mismo Paul Stanley, los discos de estudio no habían podido lograr. Gene Simmons escupía sangre y fuego, la guitarra de Ace Frehley tiraba fuegos artificiales y la batería de Peter Criss subía y bajaba en ascensor.
El álbum en vivo se grabó durante el Dressed To Kill Tour. En la versión de Rock and Roll All Nite, a los dos minutos, Paul grita «¡No puedo oírlos!». La anterior, de estudio, simplemente se desvanecía luego del estribillo. Escuchar una y otra es comprender la diferencia que hay entre un cumpleaños infantil con o sin chizitos.
Se hizo conocida un rato antes de que supiéramos de la existencia de Sid Vicious. Kiss es el gran ganador. Se impuso demostrando que el rock no tiene nada que ver con el Club de los 27 (Morrison, Joplin, Hendrix, Cobain) y que puede retirarse con una hermosa jubilación de privilegio.
Kiss fue una barrita de cereal. Un forma de humor. Una pintura que sirvió para decirnos que todo esto es un chiste. Con el paso del tiempo, Rock and Roll All Nite avisa que no todas las despedidas de soltero incluyen drogas y prostitutas.
El único problema es que ahora todo el mundo sabe un poquito de inglés y, lamentablemente, entendemos la letra: Quiero rock and roll toda la noche/ Y fiesta todos los días/ Quiero rock and roll toda la noche/ Y fiesta todos los días/ Quiero rock and roll toda la noche/ Y fiesta todos los días/ Quiero rock and roll toda la noche/ Y fiesta todos los días.
POS