Las banderas de cientos de organizaciones militantes flamean en el cielo, en el calor que acompaña a lo largo de las cuadras que hay que caminar entre el Congreso de la Nación y Plaza de Mayo. Pero la concurrencia de gente apolítica a la “Marcha Federal del Orgullo Antifascista y Antirracista”, también es evidente esta tarde.
Se unen para “acompañar la causa colectiva en tiempos de egoísmo”, en el marco de los dichos de Javier Milei en el Foro Económico de Davos. Allí el presidente se expresó en contra de la diversidad sexual y el feminismo, además de sostener que “en sus versiones más extremas, la ideología de género constituye lisa y llanamente abuso infantil”.
Entre los apartidarios está Agustina López, que se presenta como «autoconvocada» a la marcha. “Soy monotributista, soy heterosexual, pero me uno contra los agravios que tuvo Milei en Davos. No solamente me da vergüenza como presidente, sino como ser humano, y lo que más miedo me da no son los agravios que él hizo, sino lo que representa el discurso de violencia y de odio que habilita a gente que por ahí está entre nosotros a promulgar esa violencia”, comenta.
La mujer, que vino sola, añade sobre sus motivos: “La gente que piensa que no tiene que estar acá es porque se está mirando el ombligo. Veo que estamos todos tratando de sobrevivir por el entorno económico que estamos viviendo y es muy difícil estar tapando agujeros, viendo cómo pagar alquiler, viendo cómo ayudar al jubilado. No importa a quién hayas votado, no importa que estés a favor de uno o del otro, es algo humanitario, no se puede ir contra los derechos de todos, jubilados, estudiantes, mujeres, la comunidad LGTBIQ+”.
La movilización también es una protesta en contra del proyecto de “igualdad ante la ley”, impulsado por el Gobierno nacional, para eliminar el femicidio como agravante penal, el documento no binario y el cupo laboral trans, entre otras medidas.
Lautaro Vera Penna vino con sus amigos, y le cuenta a este diario que lo que más le preocupa sobre el discurso de Davos del mandatario es “lo que dijo de los femicidios, y del cupo laboral trans”.
“Hay que evitar que saque las leyes que ya están puestas y retroceder tantos años que avanzamos con los anteriores gobiernos en términos de derechos oficiales. La verdad que es totalmente innecesario, o sea, yo ya no entiendo por qué estamos en esta etapa del mundo y que todavía se tenga que volver a discutir y a presentarse para algo que es tan básico que es ser vos mismo. Yo creo que nunca van a estar adquiridos del todo. Siempre va a haber que pelear”, destaca Lautaro.
A las 17.30, la gente que va llegando desde Congreso se concentra frente a Casa Rosada. Pegados, pese al calor de este sábado, cantan al unísono un irrefrenable “Milei, basura, vos sos la dictadura”.
Paula Díaz es de las jóvenes que llega junto a su grupo para seguir un rato más en Plaza de Mayo. Viene del sur, en donde asegura que se desarrollan en paralelo otras marchas.
“Me parece que hay otros futuros que podemos imaginar mucho mejores que seguir censurándonos y diciendo quién sí, y quién no”, expresa. Enfatiza en que, si bien hay gente que no se ve “directamente afectada”, el foco está en estar para apoyar.
“Hay personas que no estamos directamente siendo afectadas en este caso. Pero que igual entendemos que hay cosas que ya no tienen lugar. Y que no tenemos por qué dejar pasar”, cierra.
A las 18, la concentración en las calles no parece aflojar. Los carteles con mensajes como «Orgullo antifascista» o «No más discursos de odio, ¡sin amor, nada!», los abanicos de arcoiris y los cánticos improvisados no cesan.
AS