Cuidado de adultos mayores: crece la demanda laboral, en un sector de alta informalidad

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El contexto de vida actual se caracteriza por una baja en la natalidad, y una suba en la esperanza de vida. El envejecimiento poblacional es un fenómeno mundial del que, obviamente, Argentina no está exenta, y esta situación plantea importantes desafíos que requieren de planificación, única posibilidad de enfrentar un futuro cercano. Es que para 2040 se estima que habrá casi un 45% más de personas de la tercera edad demandantes de cuidado, lo cual podría generar un colapso en el sistema actual, según el último informe de Fundar. Pero, ¿cómo es el sistema actual y qué desafíos se enfrentan hacia adelante?

Los encargados de este trabajo son los «cuidadores domiciliarios», como así también los acompañantes terapéuticos, que en su mayoría son empleados en situaciones de precariedad, que involucran mayoritariamente a mujeres, bajo el régimen de casas particulares. Se trata de un sector con un importante grado de informalidad, ya que es un régimen que arrancó hace apenas 12 años bajo la sanción de la ley 26.844 de 2013.

En este universo, el 70% del cuidado de las personas mayores lo hacen las familias, en su mayoría mujeres. En el 30% restante de los hogares, el cuidado lo gestionan personas externas al hogar (otros familiares, el Estado, el mercado o la comunidad). Quienes pueden contratar servicios domésticos y de cuidados remunerados en el mercado representan menos de 10% de los hogares.

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Cuidadores domiciliarios en Argentina: precarización y desafíos del sector

El trabajo del cuidador domiciliario presenta dos problemas: por un lado, que los certificados en el Registro Nacional de Cuidadores Domiciliarios aún son muy pocos (10.497 hasta el registro de agosto 2024) y, por el otro, que el trabajo de casas particulares -que generalmente es la modalidad bajo la que se contrata para este tipo de cuidados- se hace en condiciones informales en un 78,4%, según el último informe de trabajo del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) del tercer trimestre de 2024.

Sin ir más lejos, una cuidadora explicó a Ámbito que, por ejemplo, para el Programa de Atención Médica Integral (PAMI) los cuidadores trabajan tercerizadas, esto implica que son contratadas a través de agencias a las que les facturan, por lo cual están bajo un régimen de monotributo.

«Hace poquito me llamaron para cuidar a una señora mediante una agencia, que te pide monotributo, te paga $1.700 la hora. Incluso, me ofrecieron $1.400, pero les dije que era muy poco por hora y después me dijeron $1.700, pero no lo tomé porque con eso, no alcanza para nada. Pero debe haber mucha gente por necesidad lo está haciendo», indicó en diálogo con Ámbito, María del Carmen Díaz, trabajadora y vocera de la Agrupación de Trabajadoras de Casas Particulares.

En esa línea, cabe destacar que la hora de una trabajadora con retiro es de $2.863 y tiene aportes, sin embargo, una cuidadora que gana $1.700 por hora tiene que pagar el monotributo, que en el caso del social tiene un costo de $8.358 y el de la categoría A es de $32.221.

Una oportunidad de planificación: ¿qué cambios se necesitan para mejorar el sistema?

Para Fundar, la Argentina tiene «un bono demográfico», que es la oportunidad para prepararse para este cambio. Actualmente, el país está en un momento en que la población en edad de trabajar es mayor que la de la población dependiente (personas mayores e infancias). «Esto es una oportunidad para la generación de riqueza y ahorro, ya que hay más personas en edad productiva que pueden sostener a las poblaciones demandantes de cuidado a través del pago de servicios, impuestos y aportes», resaltaron.

En esa línea, destacaron que el pico de aprovechamiento de este bono llegará para 2034, es decir, en nueve años. Por este motivo, el informe remarca que ahora es el momento de «planificar una nueva provisión de cuidados adecuada para la transformación que sucederá en los próximos 20 años».

«Todo el sistema de salud se va a tener que adaptar y con eso, la calidad del trabajo de los y las trabajadoras de salud», advirtió en diálogo con este medio María de las Nieves Puglia, doctora en Sociología y participante del informe de Fundar. «En general los países que avanzaron en estrategias nacionales en poblaciones con envejecimiento avanzado fortalecieron la red de cuidados domiciliarios, a la par de los sistemas existentes como salud y residencias de larga estadía más todos los dispositivos que promueven la autonomía funcional en personas mayores (clubes de jubilados, casas activas, etc.)», añadió la especialista, quien escribió el informe «El futuro de los cuidados. Una herramienta para la adaptación a la transición demográfica» junto a Agustina Bendersky, Ximena de la Fuente, Celina Santellán y Yamila Nadur.

Empleos asociados al cuidado: una oportunidad de creación de puestos de trabajo

La economía del cuidado en Argentina podría crear alrededor de 1,8 millones de puestos de trabajo hacia 2030, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Esto generaría 600.000 puestos de trabajo en el sector de educación, cerca de 450.000 en salud y más de 780.000 al sector de cuidados de larga duración para las personas mayores, con discapacidad o enfermedad crónica.

Además, la OIT concluye que los escenarios con mayor aumento del valor bruto de producción y de empleo son aquellos que involucran una mayor inversión en aumento de la cobertura y la ampliación de infraestructuras. El desafío será la generación de empleo de calidad, teniendo en cuenta que solo el 21,6% de los empleos asociados a esta labor están registrados.

«Es necesario reforzar estrategias de protección de un sector que será cada vez más relevante y que aún presenta desafíos importantes para su reconocimiento, profesionalización y formalización», concluye Fundar.

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