“Es un día normal”. Con ironía, en el Gobierno buscaron minimizar este jueves el paro general de la CGT y organizaron una reunión de Gabinete en Casa Rosada con la idea de mostrar que el rumbo de la administración de Javier Milei “no se cambia en absoluto” y desacreditar el impacto de la medida.
Para los principales referentes oficiales, el paro fue “un fracaso total” ya que el funcionamiento de los colectivos, mediante una conciliación obligatoria dictada por la Secretaría de Trabajo, desbarató el intento de la central obrera de masificar el nivel de daño.
“Tienen un 95% de rechazo de la gente. Quisieron parar todo el transporte y no pudieron”, celebraron los principales alfiles libertarios, que instaron a la tropa a dar “la batalla cultural durante todo el día para confrontar a la casta sindical”.
Para mostrar esa “normalidad”, el presidente Javier Milei encabezó el tradicional encuentro con sus ministros, junto a la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y el asesor Santiago Caputo, miembros del “Triangulo de Hierro”. Sin la presencia del canciller Gerardo Werthein, envuelto en la controversia por el viaje a Estados Unidos sin foto con Donald Trump, el Gabinete se mostró sonriente y levantando el pulgar, al fiel estilo del líder libertario.
A diferencia de otras veces, el mandatario permitió que se saquen fotos y hasta filmaciones, en señal de querer mostrar el despliegue oficial en medio de la parálisis en la mayoría de los ámbitos estatales.
En contrapartida con el movimiento permanente de funcionarios, en Balcarce 50 prácticamente no hubo presencia de empleados. Solo guardias mínimas en áreas de seguridad y servicios, al igual que un día feriado. Esa imagen de pasillos vacíos fue capitalizada por el titular de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), Rodolfo Aguiar, quien buscó chicanear al vocero Manuel Adorni. “Hasta los empleados nuevos designados por Adorni abandonaron sus puestos y se plegaron a la medida de fuerza”, desafió.
A pesar de la provocación sindical y esa imagen de hiperactividad en la reunión de Gabinete, en el Gobierno optaron por no plantear una conferencia de prensa del portavoz ni tampoco tomó la palabra de otro funcionario.
En cambio, Adorni salió a recordar que se les descontará el sueldo a aquellos estatales que se acoplaron a la medida. «Hoy se trabaja», posteó el vocero, en su único mensaje directo referido al paro. «Los que quieran parar, que paren. Les descontaremos el sueldo. Hay colectivos para llegar a sus puestos laborales, no tienen excusa», justificó un alto funcionario en diálogo con Clarín.
Por otra parte, desde los despachos más encumbrados consideraron al paro de “extorsivo” y “electoral”. “Paran los amigos de (Leandro) Santoro”, apuntaron desde el Ejecutivo, aludiendo a la supuesta participación activa del candidato a legislador porteño por el peronismo, tras verse ayer en la marcha decenas de seccionales gremiales con sede en la Capital Federal.
Si bien el oficialismo habla de “fracaso”, también da cuenta de millonarias pérdidas en concepto de caída de actividad económica producto de la medida. De acuerdo con un informe del Ministerio de Economía, la huelga implicará una pérdida de 880 millones de dólares, como señaló el subsecretario de Prensa, Javier Lanari.
En los datos más minuciosos, la Secretaría de Transporte informó que hay $ 1.400 millones de pérdida por la falta de facturación en trenes, contemplando carga y pasajeros. Por su parte, Aerolíneas Argentinas debió suspender 258 vuelos y pierde 3 millones de dólares. “Esta medida, ajena a la compañía, tendrá impacto en toda la red de operaciones y representará un costo estimado de 3 millones de dólares para la empresa”, explicaron desde la aerolínea.
En la cartera que conduce Luis Caputo dicen que el resto de las compañías del sector registrarán pérdidas en el orden de los 423 mil dólares.
En cuanto al impacto del paro para el sector exportador, “se estiman pérdidas que superan los 250 millones de dólares por no exportar productos agroindustriales (sólo de granos suman unos 165 millones de dólares) y debe agregarse que unos 7.000 camiones no llegarán a los puertos”, indican. “Se suman los barcos parados (se estiman entre 7 y 8 barcos), que implican multas por cada día de retraso que oscilan entre 20.000 a 60.000 dólares, es decir más de 700.000 dólares”, sintetizaron en Economía.
Ante este nivel de daño, en el Gobierno insisten con que redoblarán la apuesta y se creen capaz de forzar a la central obrera a recular con más conflicto. “Tenemos que discutir con ellos, tienen muchas cajas que todavía no tocamos y se las vamos a cortar. Todavía tenemos Democracia Sindical, Cuota Solidaria y ya anotamos más curros y cajas que tienen los dirigentes que marcharon ayer”, advirtieron desde el círculo íntimo del jefe de Estado, yendo en la misma sintonía de lo expuesto este miércoles por el jefe de gabinete, Guillermo Francos.