Motor de cambio o competencia desleal? Shein y Temu reconfiguran el consumo en Argentina

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Con envíos directos desde China, descuentos agresivos y miles de prendas nuevas cada semana, gigantes del e-commerce como Shein y Temu están ganando cada vez más terreno en Argentina, en especial entre los más jóvenes. Plataformas que antes parecían lejanas, hoy empiezan a ser parte del consumo cotidiano.

«Hoy la gente tiene un sueldo que no llega. Necesita una campera para cubrir una necesidad, y estos lugares brindan esa posibilidad«, afirma Marcos Cordobero presidente de la Cámara Textil de Córdoba, dando cuenta de un cambio profundo en los hábitos de consumo y en las reglas del mercado.

Un fenómeno global, con impacto local

Shein y Temu no son fenómenos exclusivamente argentinos. De hecho, países como Estados Unidos y Francia ya encendieron las alarmas. En el caso francés, el Senado aprobó recientemente una ley que apunta directamente contra el modelo de negocio de Shein, buscando limitar la sobreproducción de prendas y proteger tanto al comercio local como al medioambiente.

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Sin embargo, en Argentina, el escenario es otro. Con una presión impositiva considerable y un mercado restringido para la importación tradicional, estas plataformas operan como courier, lo que les permite sortear gran parte de las regulaciones locales. A diferencia de otras cadenas globales de moda rápida como Zara, que deben importar su mercadería cumpliendo con las normativas impositivas en cada país donde operan, Shein logró instalar un modelo completamente distinto. «Ellos exportan sus productos directamente desde China sin pagar impuestos. Estudiaron bien las reglas del juego para generar un concepto distinto y llegar a precios que incluso gigantes como Zara no pueden», explicó Camila Cifuentes, fashion product manager de Tejano, en diálogo con PERFIL CÓRDOBA.

En Argentina, donde la carga impositiva es especialmente alta —con IVA del 21%, Ingresos Brutos, tasas por Comercio e Industria, y tributos al ARCA—, esta diferencia de condiciones genera una fuerte ventaja competitiva para Shein. «Acá el problema es que no tenemos reglas claras. Tienen que bajar los impuestos como a los importadores», acotó Cordobero, y agregó: «Sirve la competencia, pero hoy por hoy no podés competir con la carga impositiva».

Aun así, la propuesta de estas empresas tiene su contracara: cuestionamientos a la calidad de las prendas, denuncias sobre condiciones laborales y un modelo de producción que, lejos de ser sustentable, apunta al consumo desechable. «En lugar de usar ítems para apreciar y cuidar, hoy las prendas son un bien de consumo descartable», alertó Rocío Vázquez, comunicadora de moda con amplia presencia en redes sociales. De hecho, hay prendas que no superan los siete lavados antes de volverse inutilizables.

El desafío de la industria local

Así y todo, la industria textil argentina y cordobesa arrastra años de lucha frente a los vaivenes económicos, pero sigue mostrando capacidad de reacción. «Argentina tiene una industria textil sólida, construida desde hace muchos años. Tenemos hilanderías, tintorerías, fábricas de telas de punto, fábricas de tela de Jean; sembramos y cosechamos el algodón dentro de nuestro país. Nosotros siempre intentamos darle una mirada positiva al contexto«, resaltó Cifuentes.

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Desde la firma aseguran que la clave está en reconocer y potenciar las ventajas competitivas del sector local. Entre ellas destacan los envíos express en 72 horas, los acuerdos con bancos para financiar compras, una mayor trazabilidad en los procesos y un servicio de atención posventa más cercano y personalizado. «En SHEIN no tenés la posibilidad de financiar las compras. Tenemos muchas cosas para brindar», agregó.

¿Son los precios tan bajos como parecen?

Aunque el marketing de Shein/Temu prometen remeras por menos de 20 mil pesos, lo cierto es que no siempre la diferencia es tan abismal. Tomando como referencia algunos productos como los de Tejano, las diferencias de precio no son tan marcadas.

«Algunos productos están bastante equiparados, y en Argentina no hay que olvidar que se pagan muchos impuestos, sueldos, alquileres, expensas, y además compartimos porcentaje con los shoppings. De hecho, debería estar más barato siendo las ventajas competitivas que tienen», reveló la empresaria.

El atractivo, entonces, pasa más por la estética y la variedad: «Lo que tiene Shein son esos diferenciadores más de moda. Es esa pollerita de ecocuero que se quiere comprar una chica para salir de fiesta. Lo que ve en tendencias de TikTok y lo quiere en el momento».

Aun así, la realidad del sector no es sencilla. «Todos los comerciantes están tratando de vender, pero no hay plata en la calle», precisó Cordobero.

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Pese al crecimiento acelerado de Shein y Temu en el país y al impacto que genera en el mercado local, desde el sector remarcan que la elección final siempre está en manos del consumidor. «Cada consumidor elige y cada uno termina sacando sus propias conclusiones», afirman, relativizando la idea de que Shein haya desplazado por completo a otras marcas. De hecho, aseguran que, aunque la competencia global de la marca china es real, los usuarios siguen comprando en firmas como Zara y otras marcas internacionales consolidadas.

«Es una marca más. Es momento de que entendamos el cambio que se viene y que esto nos impulse a trabajar mucho más en conjunto. Podemos brindar mejores productos a mejores precios y hacer la industria más sólida y más eficiente«, concluyó Cifuentes.

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